por Éric Carle
Un día
muy temprano
el viento
sopló una araña
a través
del campo.
Un hilo
delgado y sedoso
era dejado
por su
cuerpo.
La araña
llegó a un poste
de la valla
cerca al patio
de una finca
y comenzó
a tejer
una telaraña
con su
hilo sedoso.
“¡Hiiiii! ¡Hiiiiii!”
relinchó el caballo
“¿Quieres tomar un paseo?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy
ocupada, tejiendo
su tela.
“¡Muuu! ¡Muuuu!”
mugió la vaca
“¿Quieres comer hierba?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy ocupada,
tejiendo su tela.
“¡Bee! ¡Bee!”
baló la oveja.
“¿Quieres correr en el prado?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy ocupada,
tejiendo su tela.
“¡Maa! ¡Maa!”
dijo la cabra.
“¿Quieres saltar en las rocas?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy ocupada,
tejiendo su tela.
“¡Oink! ¡Oink!”
gruño el cerdo.
“¿Quieres jugar en el barro?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy ocupada,
tejiendo su tela.
“¡Guau! ¡Guau!”
ladró el perro.
“¿Quieres cazar a un gato?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy ocupada,
tejiendo su tela.
“¡Miau! ¡Miau!”
maulló el gato.
“¿Quieres tomar una siesta?”
Pero la araña
no contestó.
Estaba muy ocupada,
tejiendo su tela.
“¡Cuá! ¡Cuá!”
dijo la pata.
“¿Quieres ir a nadar?”
Pero la araña
no contestó.
Ya terminó con su tela.
“¡Kikiriki!”
cantó la gallina.
“¿Quieres cazar
esta mosca tan necia?”
Y la araña
la cogió en su telaraña…
¡en un momento!
“¿Uuu? ¿Uuu?”
preguntó el búho.
“¿Quién lo ha hecho
esta telaraña tan bonita?”
Pero la araña
no contestó.
Se había dormido.
Había sido
un día muy ocupado.
¡El Fin!
Juego de Comprensión
Permitir que el estudiante escuche los libros mientras sigue el texto. Esto ayuda a mejorar la fluidez y la comprensión lectora.